La Teoría de la Nada
Hace un par de años dejé de escribir, dejé de leer, dejé de sentir. Me cuesta un poco verificar si me encuentro bien redactando a la nada.
La primera persona que me introdujo al mundo del bendito blog fue la maestra de ciencias, por ella me vi medio obligada a tener que explayarme usando palabras muy técnicas que apenas conocía y ya no sé si recuerde. Entre blogs, foros y wikis me pasé uno o dos años escolares escribiendo, siento que fue puro compromiso.
Gracias a un punto de quiebre en mi vida abrí una cuenta en un portal donde los adolescentes publican sus historias, abrí un poco de mi corazón y trastoqué un poco para darle vida a una historia que sería conocida por algunos de mi colegio, delatarían cosas íntimas y, terminaría borrando por decepción. Debo admitir que también me invadió la famosa flojera, así como terminé horrorizada por la cacografía identificada por doquier (ojo, no mis textos, los de terceros).
La primera persona que me introdujo al mundo del bendito blog fue la maestra de ciencias, por ella me vi medio obligada a tener que explayarme usando palabras muy técnicas que apenas conocía y ya no sé si recuerde. Entre blogs, foros y wikis me pasé uno o dos años escolares escribiendo, siento que fue puro compromiso.
Gracias a un punto de quiebre en mi vida abrí una cuenta en un portal donde los adolescentes publican sus historias, abrí un poco de mi corazón y trastoqué un poco para darle vida a una historia que sería conocida por algunos de mi colegio, delatarían cosas íntimas y, terminaría borrando por decepción. Debo admitir que también me invadió la famosa flojera, así como terminé horrorizada por la cacografía identificada por doquier (ojo, no mis textos, los de terceros).
Dejé de escribir porque me enamoré, me enamoré de la soledad y la melancolía, de celebrar el drama de otros, vivir a la sombra, sin luz ni alegría. Sentí cómo perdía sentido cada palabra trazada o tipeada, hasta que terminé el colegio, pasé un año en coma social y decidí enrolarme a la tan soñada carrera de leyes. Digo enrolar porque hacerlo no fue fácil, a veces siento que ésta profesión es solo para gente con corazones duros y un grado de inteligencia superior a lo establecido. En fin, ya veré qué sucede.
Seré la milésima persona en hacer referencias a éste suceso pero creo que deseo dejar una evidencia para reírme en unos años, revisar con cara de impacto el ordenador y preguntarme, ¿qué tenías en la cabeza mientras lo escribías?
En el fondo, tal vez solo sea un chica que por ratos viaja en el tiempo y juega a pasar todo el día cantando en inglés, sentirse medio rebelde con canciones de Twenty One Pilots, la chica que solo consume novelas juveniles para no parecer anticuada, la que viste como vieja para parecer madura, la que sueña con ser cantante o escritora pero no hace nada al respecto. La vida es corta, es una ruleta rusa y el mundo, es un volcán en actividad que amenaza con erupcionar.
Desde el aislamiento social parece que me regalaron una lupa de aumento ante cada minúsculo problema pero soy consciente que en mi condición de mortal hay cosas que no podré cambiar, al menos no ahora.
A la nada le escribo y nada más le pido, llévate lejos los malos pensamientos y la incertidumbre del mundo.
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